La Urgente Necesidad de La Paz

Podemos entender como paz el equilibrio y estabilidad de todas las partes de una unidad, puede referirse también a la tranquilidad mental, emocional, física y espiritual de una persona o de la sociedad y cuando hay ausencia de ésta, la persona o sociedad se llena de inquietud, violencia o guerra.

Me gusta cuando al visitar el país de Israel el saludo de los judío es Shalom que significa paz o la paz esté contigo; esto me hace recordar las palabras de Jesús cuando dijo: “en el mundo tendréis aflicción, más confiad porque yo he vencido al mundo”, en este mismo verso cita: “estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz”. En la versión de la TLA podemos encontrar Juan 14:27 donde Jesús pronuncia sobre nosotros enfáticamente una declaración de paz y nos dice que no tengamos miedo por lo que tengamos que pasar, porque Él nos da de su propia paz y subraya que no es igual a la que el mundo da.

Ante el mundo que estamos viviendo inmerso en guerras, como la de Siria que llevan ya en sus años de duración 500 mil muertos aproximadamente; así como los diferentes brotes bélicos entre los diversos países y gobiernos de este mundo. Basta mencionar los desencuentros en semanas pasadas entre el presidente de los Estados Unidos y el presidente de Corea del Norte y las amenazas de ambos con el armamento letal jamás visto. Si tenemos que referirnos al mundo de inseguridad en que vivimos, creo que la gran mayoría de los mexicanos y de algunos estados de nuestro amado país con más fuerza vivimos con temores tales como perder la vida o la de nuestros hijos y estamos llenos de amenazas que surgen de una inseguridad permanente que ha rebasado a la sociedad y al gobierno; y si pensáramos en el mundo político creo que estamos frente a la más terrible efervescencia, descontrol e inconformidad de los últimos tiempos, es decir, no hay paz y al parecer ninguno de los candidatos propuestos genera paz en sus discursos ni es sus actos y cuando volteamos también al mundo de las drogas basta con mencionar que nuestros hijos o nietos son víctimas de las diferentes expresiones de este cáncer social; sería bueno echar también un vistazo a la familia como tal, ya que estamos viviendo tiempos tan complejos donde queremos que la gente lésbico-gay prevalezca sobre los valores y principios que como sociedad judeo-cristiana hemos mantenido y sostenido por los últimos siglos de nuestra era.

Es preocupante ver como los diversos extractos sociales se pronuncian porque ahora los infantes desde temprana edad conozcan un mundo perverso en cuanto a las desviaciones sexuales se refiere. Y si pensamos en el matrimonio estamos viviendo los más altos índices de divorcios y separaciones de parejas, no hay firmes decisiones para ser perseverantes como familias y lo que antes nos asustaba como sociedad ahora cada vez se está volviendo más “natural” al encontrar familias disfuncionales o parejas tratando de rehacer su vida con otros cónyuges y en el mayor de los casos victimizando a los hijos existentes.

Sinceramente ante todo lo anterior expuesto creo que como iglesia tendríamos que clamar a Dios para que Él traiga la paz y buscar las estrategias que nos ayuden a ser generadores de paz, ya que una de las bienaventuranzas cita justamente que: “Dios bendice a los que trabajan para que haya paz en el mundo, pues ellos serán llamados hijos de Dios” (TLA). Creo que hemos perdido el propósito por lo que Dios nos tiene como iglesia sobre esta tierra y es justamente el de ser generadores de paz y buscar que todos los que son llamados hijos de Dios tengamos como un objetivo principal el ser los pacificadores que tanta falta hacen en este mundo hostil, bélico y tan necesitado.

Creo que como hijos de Dios bien podemos partir de lo que yo llamaría el principio o inicio de paz, es decir, ser salvo y estar en íntima relación con Dios haciendo su voluntad para que de esta manera integralmente podamos tener paz en nuestras emociones, espíritu, etc. Cuando cada cristiano esté en estas condiciones, además de ser llamado hijo de Dios, se convierte en una fuente de paz y puede entonces influenciar a su mundo inmediato que es su cónyuge e hijos y familia, luego entonces, puede ser también de impacto de paz al mundo que le rodea y que impacta, como sus vecinos, compañeros de trabajo e iglesia a la que asista y de esta manera podemos como familia cristiana e iglesia ser testimonio de paz y de influencia.

Si bien es cierto que Dios es creador de la paz y que tiene la potestad de hacernos partícipes, también es cierto que tenemos que ser unos asiduos estrategas y generadores de la misma para que ésta a su vez sea multiplicada y pueda llevar fruto en la familia, en la sociedad y en el mundo en sus diversas expresiones.

Creo firmemente que todos los individuos o personas necesitamos urgentemente una estabilidad en la paz y armonía, ya que tanto el ser humano en sus diferentes aspectos, que van desde los belicosos, iracundos, violentos, etcétera, así como los que se llenas de tristeza y depresión en sus diferentes niveles; en ambos casos son determinantes por sus temperamentos y carácter, pero es innegable que todos los grupos que podamos dividir aquí necesitan urgentemente la máxima expresión de paz en sus vidas y justamente a esto vino Jesús, a traernos paz, ya que con su palabra lo declaro y afirmo diciendo “les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo, no se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar” (Jn. 14:27 TLA).

Me llena saber que Jesús siempre fue muy reiterativo y enfático al decir que Él venía atraernos paz, una paz no mundana, sino la paz que sobrepasa cualquier temor, depresión, enojo, etc. Y al leer al profeta Isaías (53:5) notamos que él ve anticipadamente en el sacrificio de mesías que el castigo de nuestra paz fue sobre él, es decir, que el sacrificio del cordero de Dios cubre de una manera integral todos los aspectos de nuestra vida.

Los invito y deseo ser reiterativo en que seamos promotores y generadores de la paz en la visión del reino y propósito de Dios.

La paz de Dios sea con todos nosotros.

Shalom

Rev. Cirilo Cruz Lázaro
Presidente de CONEMEX